Poemas Ulises I

Arrepentido Ulises, Juan Antonio Olmedo

Creyéndolos humanos privados de su imagen
te rogué que les dieras su primitiva forma,
el eco de las risas, el sabor de las lágrimas,
el gozo de la amable conversación nocturna
brillando como hoguera que el temor ahuyentaba.

No quiero haber expuesto tantas veces la vida,
que el dolor hizo larga, para ver en sus ojos
dibujarse la burla o escuchar sus engaños.

Devuélveles, oh Circe, sus figuras de cerdos.


Ulises Navegando, Miguel D'Ors

Distanciada por años y batallas
y estratagemas y navegaciones,
Ítaca se diluye en la memoria
de Ulises, que en la popa, pensativa-
mente mira el efímero recuerdo
de espuma que la nave deja al mar.

Se van desvaneciendo las murallas
de la ciudad, los templos soleados,
aquel dorado olor de la vendimia;
los rostros frecuentados están ya 

descompuestos en ojos, y sonrisas
y pómulos confusos, que no logra
agrupar su memoria.
                                                           Ítaca apenas
es algo más que un nombre; sólo un nombre
en el que la esperanza se encastilla.